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Celebran Centenario y Día del Ejército Mexicano (Orizaba, Ver.)

En el marco del Centenario y Día del Ejército Mexicano, el presidente municipal, Hugo Chahín Maluly, reconoció a los miembros y autoridades castrenses por defender y salvaguardar la integridad de los habitantes del país.
 Fue este martes por la mañana, cuando el mandatario municipal en compañía de su comuna, arribó al cuartel militar Miguel Hidalgo donde fue recibido por mandos militares quienes lo esperaban para iniciar el acto protocolario de este importante día.

En este acontecimiento asistieron las siguientes autoridades militares y funcionarios públicos: Coronel Brigadier, José Francisco Zúñiga Vega, Comandante del XII Cuerpo de Infantería de Defensas Rurales; Alejandro de la Cruz garnica Fernández, Secretario del Honorable Ayuntamiento de Orizaba; Antonio Guillermo Augusto Rivera, Delegado de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en el municipio de Córdoba; José Luis Martínez Sánchez, Director de Desarrollo Económico y Servicios Municipales; General Brigadier Retirado, Sergio Hugo Mancilla Barrera; Coronel Retirado, Joaquín Gómez; Inspector de la Policía Municipal, Pedro Ángel Márquez; Regidor Primero, Eustacio Mendizábal Pérez; Regidor Segundo, Esair Daza Riestra; Regidor Cuarto, Emmanuel Gómez García; Regidor Quinto, Ana Luisa Castillo Moreno; Síndicos Municipal, Guarino Castelán Crivelli; Tesorero Municipal, José Manuel Barquet Agís.     

En su discurso alusivo a esta importante fecha, el Coronel Brigadier, José Francisco Zúñiga Vega, mencionó que se cumple un centenario de existencia, trabajo y firme vocación de servicio a la patria, es menester invocar a todos a aquellos hombres y mujeres, quienes han entregado sus vidas, lealtad, esfuerzo y disciplina para que México cuente hoy con un ejército más fuerte. Una institución armada confiable, mejor pertrechada e inseparable del pueblo que le da origen, razón y destino.

“Surgimos con la visión y el impulso innegable del primer jefe del ejército constitucionalista, Don Venustiano Carranza. Cuando nuestro país se encontraba en pleno proceso revolucionario con una frágil estabilidad interna y a un sometido a punzantes amagos internacionales. Carranza ante la serie de conculcaciones cometidas en contra de la carta magna de 1857 decide replantear una nueva identidad castrense que respondiera cabalmente a los preceptos constitucionales” dijo.

Pero, continúa: “Poco después, nacería la Norma de Querétaro que nos rige desde 1917 con su mensaje proteico, ella orienta a través de su espíritu y legado histórico. Nuestra sana convivencia democrática era en los inicios de una centuria que habría de exigir una fuerza armada útil, versátil, de cohesión granítica y comprobada fidelidad. Durante el siglo XX, que los anales registrarían como el más sangriento por las causas bélicas y una época donde las fórmulas militares parecían ser la solución, nuestro instituto se consolidaba como un ejército dispuesto a garantizar la seguridad interior y defensa exterior de la federación”.

“La experiencia de los tiempos que hemos dejado atrás nos enseña la importancia que tiene la unidad nacional como fundamento para un desarrollo equilibrado, armónico en todos los órdenes y una seguridad plena”.

Convencidos de nuestras funciones, trascendemos las propias metas profesionales al nutrirnos de los valores supremos de México, bajo la digna condición de nuestro comandante supremo, el presidente de la república. Es por eso que con la certidumbre de lo que para el país significa el pacto por México, Ejército y Fuerza Aérea refrendamos nuestra adhesión a ese importante llamado presidencial, la nación debe saber en qué trinchera se encuentra cada quien.

Señaló que vivimos en un mundo globalizado cuyos antagonismos mantienen -en muchas regiones- la inestabilidad como divisa emblemática por excelencia, el narcotráfico y el crimen organizado representan un peligro real para la salud y seguridad de todos, así como para la estabilidad de las instituciones nacionales.

Este panorama ha hecho imperativo que las fuerzas armadas, dentro del marco jurídico, realicen un determinante combate frontal en contra de las formaciones delictivas que atentan a la sociedad y ponen en riesgo la seguridad nacional. “No daremos ni un paso atrás, continuaremos sin descanso hasta someter sus intereses, no son superiores a los de México”.

En esta contienda han muerto decenas de fraternales soldados, quienes hoy en la memoria y espíritu nos acompañan. Cayeron en el cumplimiento del deber, deseamos que sus familiares sepan que su sacrificio no fue en vano, su valor y entrega ejemplar nos alienta a continuar esta lucha sin tregua.

La reciente problemática ambiental y climática, se traduce en un mayor número de eventos críticos en distintas regiones del país, en muchas ocasiones con fenómenos simultáneos que causan daños catastróficos.

Ante esta complejidad, justipreciamos la participación espontánea y decidida de la población, que refuerza significativamente la acción gubernamental para superar este tipo de adversidades.

Zúñiga Vega señaló que la dinámica de las relaciones internas y las cívico militares, se verá influenciada de manera positiva con la integración a la estructura orgánica de la dirección general de los Derechos Humanos. “Con ello, seguiremos avanzando en la observancia de su irrestricto respeto, tanto de civil como de militares”.

“Somos obra de un grupo de ilustres ciudadanos que vieron el respeto a la Ley suprema, el mejor y más seguro camino que la sociedad debe transitar. A 100 años de su origen, con gran satisfacción, formamos parte de la trama nacional, para servir sin desmayo, sin confusión ni titubeos a los elevados fines de México. Cumplimos un aniversario más con una sólida moral y un inquebrantable espíritu de cuerpo, ¡somos el Ejército de la Patria! ¡La fuerza armada de la lealtad y centinela de la nación! ¡Somos el Ejército de México!”.

Por su parte, el alcalde Hugo Chahín reconoció a la milicia mexicana por su destacada labor patriótica y de las diversas acciones que lleva a cabo el Ejército dentro del proyecto de nación, compromiso de lealtad con el pueblo de México.

Después, tanto autoridades militares y del Ayuntamiento, compartieron el pan y la sal; luego se entonó el Himno Nacional Mexicano.