contador

El 3D en las películas: ¿Un gasto inútil? (Notas Variadas)


 Retrocedamos el reloj unos años atrás, cuando Avatar se estrenó en los cines de todo el mundo e impresionó a la mayoría con efectos especiales que literalmente salían de la pantalla. Muchos la elogiaron, otros simplemente quedaron atónitos pero por otra razón: el precio elevado. Pronto muchas películas recurrirían al 3D como si asegurara el éxito pero ¿realmente vale la pena pagar por una película en 3D?
Desde 1970 el desarrollo del cine estereoscópico (3D) significó mayores costos y por lo tanto un incremento en el precio del boleto. Para varias personas valió la pena el ver a sus personajes más cerca de lo habitual y por lo tanto se gastaba más al momento de comprar el boleto. Pronto esta tecnología se perdió  para ser retomada hasta el año 2009 con la llegada de la era digital y hacer aún más caro el precio de un boleto.

¿Qué tiene el 3D que sigue usándose? Si hablamos de calidad, los filmes en 3D aun dejan mucho que desear ya que su correcta aplicación sólo es explotada con películas de animación como Kung Fu Panda 2 o la inolvidable cinta Toy Story 3. En ellas se explotó al máximo esta tecnología tan incomprendida dejando un buen sabor de boca en los espectadores.

¿Pero qué pasa cuando el 3D se usa en películas con actores de carne y hueso? Recordemos cintas como Clash of the Titans o Transformers 3: The Dark Moon. En la primera lo único que literalmente salía de la pantalla eran los subtítulos, lo cual le otorgó críticas nada favorables; en cuanto a la segunda, las explosiones continuas y las carreras entre autos y humanos impiden que el efecto 3D se aprecie adecuadamente. Por lo general las críticas para esta tecnología se dirigen a películas como éstas. 

¿A qué se debe lo anterior? Pueden existir múltiples respuestas, pero la más frecuente es: “No se aprecia el 3D por los cortes de cámaras”, explicación que tiene lógica si consideramos que las películas en la actualidad se basan en tramas de acción donde por cada palabra, hay tres explosiones, por lo tanto la cámara cambia de posición constantemente desorientando al espectador. 

Ahora entramos en el siguiente dilema: ¿Cómo sabemos qué película ver en 3D? Si queremos hacer una buena inversión y evitarnos un posible dolor de cabeza, siempre es buena idea acudir a las reseñas o críticas a nuestra disposición: revistas especializadas, programas de TV e Internet siempre pueden ser nuestras mejores armas; aunque claro la última palabra siempre estará en nosotros como espectadores.

La próxima vez que lleguemos a la taquilla del cine y veamos el anuncio del “3D” debemos recordar que estamos ante una apuesta, nadie nos asegura siquiera que nos gu
ste el contenido de la función, mucho menos que nos agraden los efectos especiales.

Mi consejo para usted lector, es simple: hay que arriesgarnos con las películas animadas que usen verdadero 3D hasta que esta tecnología se pueda aplicar de manera correcta a los filmes con personas reales.  

El cine podrá ser muy caro en nuestros días, pero ya es parte de nuestras vidas y al parecer le queda mucho tiempo de vida al 3D. Por el momento lo mejor será observar el desarrollo de esta tecnología, y por qué no, criticarla. 

Escrito Por: Salvador Flores Marín