Los niños maltratados, ultrajados y a quienes se les violenta sus
derechos, son el grito de Cristo que nos dice atiéndeme, respétame,
dame y te pido. A esos niños de la calle a los que se les falta al
respeto, es a Dios mismo a quien se agravia, advirtió el Obispo de
Orizaba, Marcelino Hernández Rodríguez.
Por ello, las acciones a tomar en contra de quienes
vulneran a los niños incluso a pesar de alguna discapacidad, deben
ser de justicia plena, de aplicar la ley contra los responsables. “No
me gusta usar el término de que sea castigando, más bien debiera ser
promoviendo el respeto a los niños, pero quien le falta al respeto a
un niño merece un castigo”, sostuvo.
En la acostumbrada conferencia de
prensa dominical, Monseñor aprovechó para enviar una felicitación a los niños a
quienes celebramos este 30 de abril.
También recordó que hay todavía una
deuda de atención educativa para los menores de edad, muchos aún no van a la
escuela y otros son explotados laboralmente, recordó el Obispo. Adolescentes y
niños deben estar estudiando, debemos darles lo que les corresponde y madurar
en el respeto, en el cuidado de todos ellos.
La misma descomposición social es una
falta de respeto a los niños, porque los actos de los adultos están demostrando
aspectos que agravian la vida, los valores, les damos mal ejemplo en muchos
aspectos, esa es una forma de insultarlos también, externó.
Tras la felicitación a los pequeños
en su día, exhortó a que vayamos respetando a los niños, dándole su
lugar en el mundo y legándoles una historia que no sea poco esperanzadora.
Qué ganas de hacer que se prolongue
la etapa de ser niños donde vemos la vida con tanto entusiasmo, andamos
la mayor parte del tiempo alegres con sencillez aprendemos a compartir abiertos a
que se nos corrija de muchas cosas.
Y a los maestros, envió el
deseo de que disfruten su trabajo profesional y de vocación en la formación de
los niños y adolescentes, pues conforme vamos avanzando en edad, vamos
perdiendo esa espontaneidad, sencillez y humildad.