Orizaba.-
La Pascua Juvenil e infantil que se desarrolla en las distintas Parroquias de
nuestro territorio diocesano, han reunido a decenas de muchachos que quieren
ofrecer sus sacrificios, sufrimientos y logros al Señor.
Gracias a que muchos decidieron suspender sus ratos
de ocio, varias horas frente al televisor y hasta en los sitios de
esparcimiento, han encontrado antes de la Pascua, un mensaje de Fe, perdón
y Dios quiera este sea el inicio de la
conversión, indica el Presbítero Javier Martínez Rivera.
Al igual que el resto de los sacerdotes de nuestra
Diócesis, ha duplicado sus esfuerzos para acompañar espiritualmente a grupos
juveniles para que no sigan o no caigan en el sedentarismo, la apatía, pereza y
confort de no hacer mucho o casi nada e vacaciones.
En estas fechas, usualmente las familias optan por
irse de vacaciones, buscar sitios de diversión, pero no precisamente en
cercanía con el Señor, ejemplificó.
Por ello, quienes han venido en busca de descubrir
o vivir de nueva cuenta la Pascua infantil y Juvenil son bendecidos y ahora
tendrán la responsabilidad y compromiso de ir a vivir en comunidad una
experiencia nueva, de renovación, entrega. De amor, perdón y tolerancia con sus
semejantes, eso es comenzar la conversión.
Los tiempos en que vivimos mantienen a los
adultos, inmersos en el constante
estrés, el trabajo excesivo y la diversión.
Estos factores son determinantes para que las
nuevas generaciones se hayan encaminado
a un mundo lleno de ruido, donde difícilmente se privilegia escuchar y
ayudar a los demás. Por ello, la Pascua
es por y para muchos la oportunidad de meditar, de conocerse, redescubrirse y
contagiarse de la Fe, Oración y Caridad, afirmó el sacerdote.