La
nadadora mexicana Liliana Ibáñez fracasó hoy en su intento de meterse en
semifinales de 200 metros estilo libre de los Juegos de Londres, pero no se
dejó abatir y aseguró que estará "mucho mejor" en su segunda prueba olímpica, la
de 100 metros.
"El
miércoles es otro día. Estoy en mi mejor forma, no podría estar mejor. Tengo
que revisar mi prueba de hoy, analizar cada 50 metros y corregir lo que me fue
mal. Luego trataré de entrenar hoy y mañana para el miércoles estar a un 100
por ciento", afirmó la nadadora de 21 años, quien entrena en la Universidad de Texas, Estados Unidos, donde
estudia arquitectura.
Ibáñez
aseguró que durante la prueba de hoy estaba segura de que había logrado bajar
su mejor marca, el récord mexicano de 2:00.37 minutos, y que se sintió sorprendida y decepcionada al enterarse de que
había cumplido el recorrido en 2:01.36 minutos.
"La
verdad es que yo esperaba menos tiempo. El tiempo que hice para llegar aquí fue
el mejor de mi vida y yo sentí que había hecho menos, pero el tablero dice otra
cosa... Tengo que analizar cada 50 metros para ver qué pasó", dijo.
La
nadadora se manifestó confiada en que estará "mucho mejor" para la
prueba de los 100 metros -a la que también llega con el récord mexicano de
55.74 segundos logrado en los Juegos Panamericanos de Guadalajara de 2011-,
pero reconoció que para ello necesita evolucionar en las pruebas
clasificatorias.
"No
soy una persona de eliminatorias, normalmente soy mejor en la final, pero para
estar en la final hay que hacer el mejor tiempo de tu vida en la prueba
clasificatoria y luego, por la tarde, romper los récords y tratar de pasar a la
final", expresó.
Según
Ibáñez, en México, así como en la mayoría de los otros países latinoamericanos,
los nadadores viven una situación de escaso apoyo y de débil estructura en
comparación con las que disfrutan sus colegas de países que se destacan en la
modalidad.
"Definitivamente,
las condiciones que tenemos los mexicanos y los de otros países
latinoamericanos no son las mismas, hay que decirlo. No se puede esperar los
mismos resultados si no se tienen las mismas condiciones, los mismos
apoyos".
"Los
equipos de Estados Unidos, Brasil, Australia trajeron acá a un masajista por
persona, a varios entrenadores. Nosotros vinimos con un entrenador para ocho
nadadores. Nos apoyamos unos a los otros, porque somos muchos para un solo
entrenador. Creo que hay muchísimas cosas que hay que mejorar, pero también hay
que aplaudir, porque se está haciendo lo que se puede", agregó.
Pese
a los problemas y a haber terminado en un modesto puesto 25 la disputa
clasificatoria de los 200 metros libre, Ibáñez aseguró que se siente
victoriosa: "Mi papá me dijo: 'Tu te echas a la piscina y eres olímpica'.
Esto me dejó salir con una sonrisa del estadio, porque sé que di lo mejor de mí".